lunes, 28 de marzo de 2022
Algo malo está pasando en el mundo si Will Smith se ofende tan fácilmente y le da al otro (que es tan faltón como él) un ostión por decir que su mujer está calva (que lo está y salta a la vista). Luego nos dirán que es esta guerra, que nos lleva a todos a mal traer (sobretodo a los ucranianos), y es que Will Smith, que los mentideros dicen que no es calvo sino que porta orgulloso una buena cornamenta está, a estas alturas de la vida, para poca broma. No importa si toda su carrera está cimentada sobre el Príncipe de Bel Air y su humor irreverente, eso fue tiempo atrás y no tiene nada ya que ver con él. Cierto que si de alguien esperas que aguante una broma es precisamente de Will Smith, que está sonriendo todo el tiempo, salvo la noche de ayer, no era el día adecuado para hacerle bromas, o al menos bromas que le recuerden el profundo amor que le profesa a su mujer, tan grande como para partirle la cara a quien sea. Y con más razón a Chris Rock que se ha pasado la vida metiéndose con todo el mundo, hasta ayer que lo hizo con quién no debía, como le demostró tan gráficamente. Yo pensaba que estos dos eran amigos. De tanto como se parecen. Pero no es verdad, en el chow busnes no hay amigos. Se dan de ostias.
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