Vivimos en la era de la información, podemos saberlo todo al instante y ni siquiera los pedos pasan inadvertidos para Google, otra cosa es que la gran G los quiera publicitar, pero todo se sabe, todo podría estar en la Red dentro de un minuto. Aquellos más informados del mundo de las carreras de coches ya saben que se me han ofrecido asientos desde hace mucho. Que los directores de equipo y la FIA en persona saben de mis tiempos en el circuito de karting en Palmeres y que he sido un piloto codiciado y hasta cierto punto incorruptible. Siempre digo que no. Ahora, lo admito porque es tontería negarlo, Google podría desmentirme con pruebas al instante siguiente, he sido contactado para ocupar el asiento Mazepin que era piloto de pago (su papá financia al equipo a cambio de que el chico tenga donde correr) y me han dicho que sí soy ruso, y ante mi negativa y más a fondo que yo no tengo que llevar a nadie que ponga dinero por mi, que si por fin me tocó la lotería puedo quedarme con todo. Yo, que soy cortés y educado como el que más, les he dicho que ya no soy un chaval, (a lo que contestaron extrañamente - Una chavala?), les he dicho lo de que los años no pasan en balde y lo de que soy incapaz de levantarme de sentado en el suelo sin apoyar las manos, a lo que me opusieron, ganándome completamente, que para qué están las manos. En fin, que han sido sugestivos, que su oferta tenía algo magnético, pero pensándolo bien... para qué quiero empezar a correr en el peor equipo (de largo) de la parrilla. Sí uno va a las carreras será para ganar, no para pelear con el compañero Schumacher por ver quién deja a quién el último. Además, no he contado, lo cuento ahora, estuve en la cábala de posibles incorporaciones los días aquellos en que Lewis Hamilton parecía querer retirarse defraudado de la Fórmula Uno. Comprenderán que si soné para Mercedes, top top top, no vaya a lanzarme ahora en plancha sobre la oferta de Haas. Eso sería como desprestigiarme a mí mismo, como quitarme caché O no?
Agradezco de veras el interés, pero tampoco tengo el tiempo de ir de aquí para allá, que difícilmente las carreras serán compatibles con abrazar a mi nene antes y después de la escuela. Es lo que él espera, aunque no lo diga, y yo no quiero estar el día entero cabreado.
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