Dice Fernando Alonso que nunca había sentido tanta potencia en el anuncio de una berlina Mercedes. Y sin embargo resulta que fines de semana alternos se sube a un fórmula 1 para ganar el título mundial.
Se subordina la verdad al ingenioso guión de los creativos de Mercedes, que tal vez no sepan que Alonso es piloto de fórmula 1, y que es por eso que sale, con apariencia renovada, en el dichoso anuncio. Yo diría que la verdad que pretenden transmitirnos tiene los pies de barro. Que se desmonta bien fácil.
Al menos nos quedará aquel de Telefónica en que un tipo dice que hasta las 2 él es el de la leche. Y pudiera parecer que esta frase no va a ningún lado, pero es un hallazgo televisivo. A la vista está que los compañeros no se terminan de caer bien, aunque sean tan organizados, les falta tiempo para delatar los turnos del café y los azucarillos. Cada uno una cosa y a las claras para que no haya reproches. Y ese subalterno lo tiene claro, incluso parece reinvindicarse, hasta las 2 es y será el de la leche.
Encuentro en Llanes este cartel y hace que sobren las palabras. Primero te recomiendan los usos del buen ciudadano o ciudadano cívico para luego advertirte que llevar a cabo esas maneras ejemplares es exponerse a una multa de 300,51 euros. Menos mal que las vistas son tan bellas que nadie se detiene ante el cartelito, se entra a los acantilados para mirar el horizonte sin entretenerse en pormenores. Hacerlo sería lo mismo que hojear un libro de instrucciones bajo una lluvia de estrellas. Aunque también puede ser que estos asturianos, que son verde de prado, prefirieran pagar el dinero antes que ensuciar de basura lugares tan bellos.
Supongo que incongruencias como esta o similares provocan a la postre, allí en el lejano centro, que alguien como José Blanco llegue a cobrar, revelado por él sin pudor alguno, un sueldo cercano a 6000 euros mensuales. Y uno lo mira con aquellos ojos de topo deslumbrado, algo soñoliento aún y se dice si no tenía que ser éste el de la leche...
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