sábado, 17 de noviembre de 2007

El deneí (segunda parte)

Resulta que me han grabado en los trámites de renovación del "deneí" y me ha llegado el vídeo esta misma mañana. Probablemente ya se haya hecho eco de este vídeo alguno otro, por lo que creo estos policías son menos discretos que la compañía de ferrocarriles de Barcelona, y muestran los trámites administrativos de los ciudadanos como en una especie de Gran Hermano ininterrumpido. Así que voy a poner mi vídeo aquí porque prefiero ser yo quien lo muestre gratis antes de que venga la revista Hola a hacerme una oferta irrechazable. O peor aún que se la termine haciendo a la propia policía a la que con toda seguridad mis 6,70 euros no les habrá parecido suficiente desembolso.

En ella pudiera parecer que estoy un poco chispado, pero no es culpa mía, sino de la infinitesimal parte de alcohol que no han podido extraer a la SIN, aunque en la etiqueta te digan que tiene cero. No es verdad, como en la vida, siempre algo queda. Y una e dos, o quedó una o dos gotas de alcohol en aquel quintito o a mí se me subió a la cabeza la ración de patatas al cabrales con la que acompañe el bebercio. Y eso si sería raro, pues mi tolerancia a los quesos asturianos está acreditada en un buen número de restaurantes.

Alguno dirá que vaya pelos que me gasto, que a qué espero para irme a cortar el peluco. Pero he de aclarar que yo no sabía que aquello estaba siendo filmado, que de haberlo sabido me habría peinado un poco, me habría echado gomina y todo el cabello tirante para atrás, como Pedja Mijatovic. Así me abulta menos el pelo y pasa más desapercibido. Del mismo modo habrán de disculpar que mis ropas no sean las más elegantes, la verdad es que para esos trámites enojosos me valgo de cualquier cosa del fondo de mi armario. Después de todo se trata de renovar el "deneí", no de pedir la mano de nadie.

Y hablando de manos, alguien dirá que vaya torpeza la mía con la cartera. Que sí, que se me cae el deneí caducado de las manos, pero no es algo tan raro si se tiene una cartera de piel nueva. Los compartimentos están tan poco dados de si que para extraer nada se necesitan pinzas.

Quizá ese fue el momento peor, cuando se me cae el carné...

Pero en fin, para que contar más.

Una imagen vale más que mil palabras.



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