domingo, 4 de noviembre de 2007

La llamada

Todos los días tienen un minuto.

Incluso en estos tiempos - Joaquín Sabina



Me alegra contar que nadie ha echado un cubata o un cubalitro, ni ha potado en una bolsa para arrojarla p´arriba y mancharme las camisas que puse ayer a secar en el tendero del otro cuarto. Vivo en un primero, llegar es bastante fácil.


Vengo de empaparme de la trama asturiana que dio explosivos a los islamistas del 11M. Y me he quedado anonadado al comprobar que el periódico recoge sin que falte ni un número el teléfono completo del que fuera llamado "El chino" o por sus proveedores, simplemente Mowgli. Que fue aquel tan feo que se hizo estallar las vísceras destruyendo además vigas maestras y mobiliario chungo de su piso de Leganés. Lo que no importaría demasiado sino fuera por las molestias causadas al resto de los vecinos y sobretodo por la muerte de un policía que iba a entrar porque era lo mandado.

Así que he cogido mi propio móvil y he llamado a Sestea para decirle que apuntara el teléfono. Y una vez apuntado le he dicho que llamara para ver quien contesta. Que se destruyera el terminal no tiene porque afectar al número, que es algo etéreo y reprogramable por las operadoras telefónicas para otros celulares. Obviamente en cuanto le he dicho a quien correspondía se ha negado en redondo. Aunque le apuntara que en caso de que esté siendo investigado aún y reciba noticias de la policía secreta siempre puede decir una trola con parte de verdad, que por agente judicial está en plena investigación y que esa llamada la está retrasando a la par que incomodando excesivamente. Eso tendría que bastar.

Había pensado en llamar yo, pero yo no puedo jugar la baza de trabajar para el ministerio de Justicia, y mis investigaciones en la actualidad no van mucho más allá que encontrar el vaso perdido en el tambor del detergente.

Claro que podría probar a llamar con el número oculto, pero creo que esas cosas son rápidamente desveladas sin que medie siquiera mandato judicial de por medio. Sino por puro entretenimiento entre los operadores telefónicos por descubrir si tras él se esconde algún famoso.

Así que simplemente no me atrevo. Supongo que saldrá una voz de ultratumba diciendo aquello de que está desconectado o fuera de cobertura. O quizá que el número ya no existe y con razón.

Yo lo dejo aquí por si alguien más valiente quiere probar y luego contar que pasa con el número de marras:

665040605

La información del periódico también traía el número completo de un raterillo llamado "El Rulo" que está penando errores en un centro de menores. Ese casi seguro que aún funciona y lo atiende el chaval, siempre dispuesto a embarcarse en nuevas aventuras ilícitas. Pero a este no me apetece llamarlo, no vaya a ser yo el embaucado.

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