viernes, 2 de noviembre de 2007

Homosexuales

¿Qué va a ser de ti?

Como un lobo - Miguel Bosé y Bimba



Llevo toda la vida creyendo que Roy Orbison era homosexual. Y la verdad es que no había ninguna razón para que lo creyera, pero lo creía. Yo creo que la impresión llega por la foto aquella en que aparecía con aquellas gafas oscuras y una pose más bien poco masculina. Puede ser que llevara abalorios al cuello, no recuerdo bien. En mi opinión cualquiera que no sea homosexual debiera buscar cualquier foto perdurable en que aparezca con pose dudosa para destruirla como hacía la censura con lo que no se adaptaba a los cánones establecidos. Y no me refiero a una pose cubierto de collares o maquillado obviamente, sino a una pose normal y corriente pero con un rictus en el rostro algo afeminado, con acaso la boca de piñón. Pues existe el riesgo de que los que vengan detrás elucubren hasta un buen número de encuentros furtivos bastante gays tras la sola visión de aquella instantánea, sin que les conste nada más.


Cada vez que oigo la canción aquella de Roy que se llama "California Blue" caigo en la cuenta de lo rápido que pasa el tiempo, y del fin último de la vida que es la muerte. Por descontado no se trata de la canción, sino de mi incultura musical. Como no conozco más canciones así a bote pronto, de Roy Orbison esa me sirve, y como no sabía de este cantante más que dos detalles, a saber, uno que murió hace unos años, otro que era gay. Aunque hoy descubro que murió en el 88 con lo que llevo razón en parte. Muerto está, y enterrado en algún lado o incinerado y convertido en polvo. Yo creo que para mí preferiría ser incinerado, porque no quiero encadenar a los que me quisieron a tener que visitar mi tumba los días de aniversario y de todos los santos, porque toca. Y menos aún pensar que pueda no visitarme nadie y mi lápida sea esa en la que nadie se detiene. La que rodea el gentío buscando otras lápidas. Porque de ser así sería muy capaz de volver de donde esté para convertirme en azote de los que quise por no quererme suficiente ahora, una vez muerto Aunque siempre podrían oponerme que de tanto quererme la sola idea de presentarse ante mi nombre tallado en mayúsculas en el mármol se les hace irresistible. Claro que para ir al cine o a la bolera siempre hay tiempo... Capaz de hacerme carne de nuevo para llevarlos por las solapas hasta la dichosa tumba. Para que me recen algo, para que me recuerden durante un rato. ¿Qué quedará de mí?


Pero resulta que Roy Orbison no fue homosexual ni se comportó como tal, al menos que se conozca. Al contrario el hombre se casó dos veces. Y se le murieron dos hijos en un incendio, que no aporta nada al respecto, pero es una gran putada. Con perdón.

Se dice por gente que se cree bastante informada que el bueno de Rajoy, que es bastante irónico, ha hecho de la ironía una forma de vida. Pues si la ironía es entre otras acepciones dar a entender algo distinto a lo que se dice, me llega, cuando me convierto en portera de las dicharacheras, que el hombre da a entender de su forma de vida algo que no se corresponde con la realidad, en resumidas cuentas, dicen algunos cercanos que es clandestinamente homosexual. Lo que está muy bien. Pues supongo que no todos los homosexuales se sienten identificados con Zerolo precisamente. Que los habrá de derechas también, digo. A ver si ahora va a ocurrir como en Irán que no hay homosexuales porque lo dice su líder, iluminado y terrorífico.

Ocurre en este caso que uno, de ser cierto y no un bulo, que ya va a desconfiar del todo. Porque si bien es cierto que eso queda para la esfera de vida privada de Mariano, de la que no tiene porque hablar en "Tengo una pregunta para usted", creo también que está muy mal dar a entender lo contrario y además mantener determinadas posturas más bien poco progresistas y sociales respecto a los derechos que tienen los homosexuales, que son personas igual que cualquiera de nosotros. Ni un poco mejores, ni un poco peores. O tal vez sí, mejores y peores pero por razones que nada tienen que ver con su orientación sexual.

Me cuentan que mantener ese embuste es el que más le ha costado de todos, los menudos y grandes que componen cualquier vida. No es de extrañar. Porque al menos logró no engañarse a si mismo. Aunque algo talludito está para haber podido llegar a sus propias conclusiones. Sobretodo de este tema de importancia capital. Puesto que ya dicen los expertos que aquella es una de las mayores pulsiones del hombre. Es normal, solamente hay que ver a los animalitos en la naturaleza, o a los bichos en la campiña. Que hacen la guerra solamente por juntarse con quien quieren, que suele ser, a diferencia de nosotros, racionales en el amor, con quien tienen más cerca.

Yo que diría que soy abiertamente heterosexual, si no entendemos esa apertura como la de alguien de gran éxito con el sexo opuesto, que el mío es más bien precario, sujeto nada más una impresión primera de darme consuelo, sobretodo. Aunque luego todo pueda convertirse en amor incomparable y desconsolado.

Sin embargo yo habría dado mucho por tener la facilidad que les supongo a los homosexuales, por ejemplo acudiendo al mismo vestuario de los que tienen boleto para gustar. Vamos que si me pongo en su piel, y me veo rodeado de deportistas dispuestas a darse una ducha en mi presencia, creo que no habría queja en mi vida, así flaquease el bolsillo, que ha flaqueado mucho durante mi vida, y la salud que fue siempre conforme, sin depararme sustos ni permitirme proezas tampoco. Yo creo que iría con la sonrisa puesta a todos lados, y pasaría el día allí dentro en el vestuario poniendo ojitos por ver quien respondiese. Cardíaco supongo.

Aunque respecto a esto, sobre el gustar, conservo aún una duda. He conocido en mi vida algunas parejas felices de lesbianas. Y me ha llamado la atención que muchas de ellas son bastante masculinas, lo contrario que Roy Orbison en aquella foto tal vez, lo que para mi gusto las hace bastante poco atractivas. Sin embargo forman pareja tras el flechazo.

Pero a mí siempre me parece lo mismo. Si su gusto se parece al mío no querrán juntarse con un armario ropero. Más bien con aquella guapura, que ojos que tiene, o aquella otra de cuerpo nueve, diez.

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