Cómo yo no me quedo conforme si no estoy en una cruzada contra algo me lancé sin red a comprar un móvil, el que me viene tentando, que estaba a un precio sospechosísimo. Pero confiado en lo que AliExpress llama política de protección al consumidor no quise darle al asunto muchas vueltas y dije con un click que sí, que lo compro. Para arrepentirme al instante, por ese precio sospechoso no, sospechosísimo, también porque la tienda lleva abierta desde abril sin un solo comentario ni valoración, sin que nadie la siga ni compre.
Así que ahora estoy, con una de mis cruzadas, por no estar de brazos cruzados, poniendo mensajes de Twitter a AliExpress España, que ignoran olímpicamente. Contactando con el vendedor en francés de traductor de Google y contando los días para iniciar una disputa que muy mal se ha de dar para que no acabe en demanda.
Todo por no esperar al black friday, día en que los vendedores fiables tiran la casa por la ventana.
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