Recibo en cambio mails de Amazon Alemania, que cree de veras que aprendí alemán el día que concertamos el matrimonio de conveniencia y bien avenido que hemos formado kindle paperwhite y un servidor. Nos hemos vuelto inseparables, pero eso es harina de otro costal, lo principal que interesa es que yo desde el primer día reconocí no haber aprendido alemán bastante para regentar un negocio en Alemania, ni siquiera uno en que me valiera quedar callado y señalar cosas.
Reconocí, con mi sinceridad habitual, que pese a mirar las interminables palabras alemanas no fueron de mi gusto, y preferí ponerlas en traducción automática al inglés, que tampoco me gustan, pero que al menos me producen una ligera evocación y un reproche, esto probablemente lo debías de saber.
Amazon haría bien en pedir datos a Google, que te presenta a diario la información que te interesa, o más bien que te interesó un par de días atrás, y preguntarle si es cierto que aprendí alemán en un día, como mi visita deja parecer.
Google respondería lo obvio, claro. Que no, que nadie fuera de Alemania querría aprender alemán.
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