viernes, 28 de septiembre de 2007

A la gresca

Juntos buscarán la puerta.

Casandra - Ismael Serrano



Ahí siguen Hamilton y Alonso a la gresca. Hay que ver que dos ricos tan mal avenidos. Vamos que si Alonso echó fuera de la pista a Hamilton en Spa al grito de "...te a tomar por culo" con el micro cerrado para que Ron Dennis no se ponga de parte de su ahijado, el otro está loco por ponerle cuchillos sobresaliendo a las ruedas McClaren para hacer la de Ben Hur, o lograr que los ingenieros propios le permitan acceder al bólido con un látigo disimulado como un accesorio aerodinámico para poder darle con él en plena carrera. En el casco para arañarlo o en las manoplas de cocina con que conducen por si consigue que coja la curva en la dirección contraria, destino neumáticos, o más audazmente para destruirle el alerón que los mantiene pegados al suelo y ver como el bicampeón mundial despega contra un anuncio de ING direct de esos que pueblan los aledaños de la pista.

Y es que el británico de la sonrisa Profidén y nuestro Alonso de cara tan característica que los muñecos se le parecen sin mucho esfuerzo, se llevan a matar. Vamos que yo estoy casi convencido que un día se nos lían a tortazos al salir de los bugas. Y el moreno parece más ágil, claro que un cabezazo a traición de Alonso, aunque algo así se ve venir, con ese cuello toro, tiene que ser bastante como para derribar un dominó, tamaño natural, de empleados hóstiles de Mercedes-McClaren.

A Pedro no, Pedro es amigo. Penélope lo sabe.


También puede ocurrir que dejen la pelea para el cajón de los tres primeros. Pueden intentar ahogarse en Champagne o en sucedáneo de Champagne, que no sé si les permiten probar el alcohol. En este caso el mejor clasificado tendrá ventaja pues podrá enfocar la traquea del rival haciendo uso del beneficio estratégico que significa estar más arriba.

Con lo bonito que sería verlos abrazados festejando el triunfo del otro. Echándose piropos en las ruedas de prensa como dos cantantes con disco juntos. Saliendo de marcha accesibles y juveniles. Para compartir unos zumos y unas risas. Con un único punto de fricción, el deseo íntimo y secreto del propio Louis Hamilton, el mundial para ti querido, pero descuida que le caigo encima a la Raquel del Rosario. ¿Cómo podría preferirte a ti?

Te odio.

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