domingo, 20 de diciembre de 2020

Nadie debe sentirse demasiado seguro en su puesto de trabajo. Así uno se sigue esforzando como al principio, continua intentando impresionar. Este consejo que demuestra una sapienza rara en mí no ha de ser un descubrimiento para quien ha conocido varios trabajos. Aunque hay una forma más fácil de alcanzar todo conocimiento, y se trata de algo sencillo, vivir observando. Yo, por ejemplo, paso muchos ratos, la juventud se esfuma, viendo lo que Pablo llama, en su afán de mejorar siempre la realidad, Buyin, aunque los productores lo llamaran, menos inspirados, Super Wings. La serie de dibujos en si misma es de pegarse un tiro sin detrimento de poderlo hacer un día a los propios productores, pero entre un millón de tonterías y sucesos que no debieran permanecer en el cerebro más de un segundo también deja enseñanzas que haría bien cualquiera en atender y atesorar por si acaso. La cosa ocurre así, Jimbo, hombrón pequeño y de prominente barriga, de los que no les llegan los pies al suelo desde sentado a su escritorio, decide un día coger vacaciones, capricho sin duda de los desdichados productores. En su lugar y a su lugar llega su propia sobrina, pizpireta y animosa, como ella dice, con un estilo propio. Le dice a Jett, el avión protagonista de la serie, que lo atenderá ella y le dirá los envíos entretanto su tío regresa de su viaje por el mundo. Pero lo que en ese momento no sabemos, sabremos después, es que Jimbo no va a regresar jamás. Volverá del viaje obviamente, no hay ahorros sin Euromillón de por medio que soporten viajar indefinidamente, pero volverá para hacer otro trabajo, nunca más a aquel despacho ni a dirigir el aeropuerto internacional.

Para eso se quedan a su propia sobrina, que trae aires renovados y mayor dinamismo. A Jimbo lo relegan, en lo que no se le puede escapar a nadie es una degradación en toda regla profesional a personal de tierra, de los que agitan las banderas en la propia pista para hacer señales a los aviones en su despegue. Adiós a pulsar botones sin ton ni son y al calorcito del despacho.

Que hizo mal Jimbo? Se la jugó su propia sobrina? Nadie debiera confiarse en su trabajo. Sin duda los productores merecen ese tiro que queda pendiente. La serie es un despropósito mayúsculo. Pero dejemos que se lo de Jimbo, le sobran razones.

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