sábado, 19 de diciembre de 2020

Por qué queremos tanto a los hijos? Evidentemente los encontramos tan desválidos y tan dependientes de nosotros que nuestro instinto de protección se desboca. Pero yo creo que hay algo más, ellos no pidieron venir a este mundo, que seguro es valle de lágrimas tantas veces, por lo que desde su nacimiento nos sentimos absolutamente responsables de lo que les ocurra. Invitados por nosotros a una larga vida, en la que no todo será de color de rosa, no nos queda más remedio que hacerles la vida lo mejor que podamos, lo mejor que sepamos mientras podamos.

Así, con suerte, en unos años, ya creciditos ellos y nosotros, quizá nos digan: 

- Gracias, macho. Gracias por traerme y eso.

A lo que nosotros habremos de contestar, muy aliviados.

- De nada, tío. No sabes cuánto me alegra oírte decir eso.

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