Este diario es también una gramola de canciones que me gustan. Ésta es de sobra conocida, un gran éxito, aunque en versión larga, a cargo de Colin Vearncombe (Black) que murió a los 53 años en un accidente de coche cerca del aeropuerto al que se dirigía para volar a un concierto en Edimburgo.
Es tan buena que si San Pedro nos preguntara ceñudo el propósito de nuestra vida a él lo dejaría pasar con un toquecito en el hombro.
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