martes, 22 de febrero de 2022

Un artículo muy interesante sobre Karl, que algunos recordarán nos tuvo en vilo la vez aquella en que le dio con sus compinches por asaltar el Nakatomi Plaza. 

Lo del Nakatomi no fue lo peor que hizo, que de eso salió sin cargos (y rico) sino que parece que ya venía de una larga trayectoria en el bebercio y todavía fue a más, pues cuentan y sino me lo invento que siempre decía aquello de "Au por la última". Moría con 45 años, que es más o menos mi edad, el artículo menciona que destruido, mientras que yo estoy como una rosa, sin poderme levantar de posición sentada en el suelo sin apoyar las manos, pero es que eso no hay nadie que pueda, acaso el acróbata de circo por su mucho entrenamiento, a riesgo de quebrar un día la cabeza por no asir el trapecio como debía. Los demás vamos perdiendo facultades con los años, que no pasan en balde. Pero para levantarse están las manos, para qué si no.

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