viernes, 21 de enero de 2022

A estas horas de jugó ya la Primitiva? Nunca sé bien a qué hora es, ni si a estas horas ya soy millonario y la mocita del confeti está haciendo acopio de mucho para desparramarlo, que es la forma, tan suya, de celebrarlo. Puede que de saber cuando se juega, ahora se juega, fuera el proverbial hecho diferencial que me hace millonario, que hace que sean mis números los números afortunados, que me hacen afortunado aún sin saberlo. Los protagonistas de la noche, los que le caen de la boca a la azafata de las loterías, que no debe confundirse con la mocita del confeti y que me harán protagonista de Ricos y famosos por el resto de mis noches. Los que me sacarán de esta pobreza rutinaria hacia un mundo de luz y de color, para darme caprichos, que ya me doy, y viajes que acontezcan si es verdad que toca.

Hoy además hay una salvedad importante, un refuerzo en la intención, un redoble en el propósito, esta tarde añadí a los números acostumbrados, que me tienen tieso desde hace años, unos nuevos, no tan nuevos por cuanto los jugué sin suerte hace unos meses. Pero no están casi gastados. Están casi sin estrenar. Y que no fueran buenos entonces no puede sino ser un buen augurio, pues alguna vez ha de ser su día, y sino de ellos, de mis números de siempre.

Hoy, llegado al Perelló, he dejado para mañana lo de regar a Mandarino y Limonero. Puede que si me toca, si en la madrugada viene la del confeti a decirme que mis números, unos u otros, fueron los que dijo la otra, la de las decenas y las centenas, puede entonces que olvide mañana regar a los dos arbolitos. 

Así que si les preguntan te dirán que ellos prefieren que no me toque. Que todo lo que quieren es agua, que los riegue.

No hay comentarios: