jueves, 6 de enero de 2022

Hace 4 años andaba yo enfermo. Es decir hoy cumplo aniversario de una gripe. Entonces uno podía enfermar sin tener que preocuparse demasiado, podía quedarse hecho una braga, como digo yo que estuve ese 6 de enero de hace 4 años, pero no había que preocuparse más allá, el sentirse flojo y realmente mal era la forma del principio de la recuperación. Ahora uno teme enfermar pues no sabe si no será Covid y qué deparará la cosa. Intuye eso sí, que ya muy grave no va a ser, con dos vacunas encima, pero esto del coronavirus siempre ha dado la impresión de ser una lotería y cada organismo la gestiona como buenamente puede.

Además da la impresión de que ahora con el frío de la tarde y el calorcito desacostumbrado de estas fechas en la mañana si uno se siente mal, si es que coge algo, no va a ser aquel constipado inocuo, sino que ha de ser por fuerza Covid que es todo lo que hay. Yo recuerdo un par de gripes que me dejaron demolido, fueron atroces y sin embargo serían nada con lo que la Covid ha supuesto.

Mientras Djokovic intenta que le dejen jugar en Australia sin vacunar. Como a los hermanos Bogdanoff, que tenían las caras de cartón, la vacuna le gusta si, pero si acaso para los demás.

Por otro lado leo que en Italia va a ser obligatoria para mayores de 50. El papá Estado tiene que ejercer de papá realmente, vista la inconsciencia de la gente. Y es que hay un mundo de descerebrados.

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