Mi razonamiento, razonable como yo, a mi escasez de títulos de Grand Slam atraviesa el camino del hecho irrefutable de que soy muy mayor ahora. No me veo intentando vencer a Nadal en ese campo con la ventaja que me lleva, difícil batir esos 21 si a los 46 años no obtuve ninguno. Tendría que ponerme ya y no dejar de apuntarme a cualesquiera los próximos años (a la sazón son 4 cada año) , con las incomodidades de viajar tanto y tan lejos, aunque a mí favor cuente con tres vacunas, 2 Pfizer y una Moderna, que juntas hacen la marmita mágica de Astérix y Obélix. Y me permiten pasar por todas las puertas.
Pensaba que puedo haber hecho tarde para inscribir mi nombre de Anado con letras de oro en la historia del tenis, aunque los habrá que digan, sin que les falte razón, que Rafa venció al ruso al que le llevaba 10 años, lo que en buena lógica podría llevarnos, a nosotros también, a concluir que yo, con 10 años más que Nadal podría vencerle. En este punto de la vida la experiencia es un grado y cuenta. Puede que no tenga las mismas horas que Rafa navegando en un yate, pero para todo lo demás vamos parejos, y en experiencia de vida le llevo una ventaja considerable. Yo ya sabía o creía saber lo que eran las reglas del tenis cuando él apenas caminaba en pañales.
Luego pienso que yo no habría sabido mostrarme con la humildad de Nadal durante toda su trayectoria, a más de uno le habría dicho lo de Juan Carlos, Por qué no te callas? Así que convengo que para ser intachable y hacer de Nadal nadie mejor que el propio Nadal.
Para qué remover la historia del tenis, con lo bien que está quedando. No estoy de acuerdo con los especialistas que dicen que esto de llegar a 21 no se lo veremos hacer a otro. De hecho Rafa, Roger o Nole no tienen más precisamente por el hecho de haber coincidido unos con otros, pero a poco que uno predomine, el propio Medvedev, sobre los de su generación podrá batir este récord. Ya que no lo voy a hacer yo.
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