Lo condena el juez con costas que en este caso no incrementa la suma un euro porque como ya dije nos presentamos narigudos (yo) y gafones (ambos) pero sin un abogado ni un procurador que nos dijera por donde pisar. Buen desconcierto al principio en la sala, pues contaban las partes y por algún sitio les estaban faltando. No están acostumbrados a que los paisanos acudan así a pelo, sin representación y nada más que con la verdad de la mano. Así que con dudas pero al abrigo de un viraje de última hora empezamos la vista absolviendo, como el malo de La lista de Schindler, llevándonos la mano al flequillo, a Solvia que no significa que no fueran tan culpable como el que más (BSabadell), y eso ha dado lugar a que seamos nosotros los que tengamos que pagar su abogado, su procurador y lo que quieran sacar de la chistera de la justicia injusta (limitado al 30% del principal), que es de lo que venimos hablando. Podría dar razones para sostener esto, lo juro. Pero no me apetece.
De todos modos no son para nada malas noticias. Podría extenderme más, de aquí saldría una buena parrafada a poco que tuviera ganas, pero no las tengo. Quizá otro día. Anoche el insomnio llamó a mi puerta a las 2:30, y es más pronto que de ordinario.
En definitiva 600 más o menos limpios por toda esta aventura, poca cosa para tanto desvelo. No sé si al final merece la pena. Supongo que sí, por un recuerdo, el revolcón al del Rolex y al tipo de las promesas por teléfono. Tuvo trazas de "Algunos hombres buenos" nuestro interrogatorio final. Nuestro "ordenó usted el código rojo?" fue "por boca de quién hablaba, a quien se refería cuando dijo que se harían cargo de todas las deudas, presentes y hasta futuras?" A lo que el fulano, al que ya le molestaban los botones de la camisa contestó con un vacilante AL BANCO SABADELL lapidario. Que fue en verdad poner los clavos a la caja cuando ya estaba lista (lista ya de antes). Solamente tuve que añadir un No hay más preguntas y todo el conjunto cogió ese algo irrepetible y decididamente cinematográfico.
Aún siendo así lo mejor: dejar todo este embrollo atrás. Gracias por la pasta, señor Sabadell, mira que le cuesta pagar. Aunque le toque. Que le toca. Tiene 20 días. Y a seguir viviendo.
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