domingo, 23 de enero de 2022

Como dije yo no tengo mayor problema en mezclar vacunas. Sí no lo tenía para tomar un Ron Cola o un Wodka Limón en mis noches de juventud, mal puedo ponerme ahora exquisito si me las quieren mezclar. Al final se trata de que se pronuncien los expertos, ellos sabrán. Aunque ciertamente como soy tan de leer ahora, encontré algún artículo apuntando que la mezcla de vacunas es todavía mejor, que las hace más despiertas o algo, lo que para el virus es indefectiblemente peor. También puede ser, no voy a obviarlo, que sea información interesada, ahora que por escasez de la que nos pusieron originalmente nos la tienen que cambiar. Que sea nada más para callarnos la boca, pero entonces allá ellos con su conciencia.

Yo hice lo que me dijeron. Acudí dónde debía y me dejé hacer.

Me queda la leve inquietud, ahora que tengo fuerzas especiales de dos países, cada cual con su banderita al brazo, que unos por otros el virus quede sin barrer.

Que lo vean pasar los de Moderna, barras y estrellas, y se digan -déjalos que se ocupen los otros, que ya saben dónde está todo y llegaron antes. 

Y que luego los de la Pfizer digan que para qué vinieron entonces estos cabrones y también les de por dejar de hacer (no hacer nada es hacer algo no?) y que entre unos y otros nadie reconozca la enzima T o la que sea, ni haya nadie que combata y aquello se multiplique por millares mientras éstos y aquellos se miran de soslayo odiándose. No sería la primera vez que ocurre.

Peores cosas se han visto en la guerra.

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