Pasa el tiempo distinto, la mañana luce de otro modo, si te han de traer un paquete. Que tristeza de días cuando no te van a traer nada. Son tiempos gloriosos para las empresas de entrega de paquetes, ahora que uno puede confinarse en casa y vivir sin pisar la calle con las pantuflas puestas. Todo está saliendo y por llegar. Los minutos de espera son puro gozo, mejor que los que suceden a paquete recibido.
Cuánto hemos cambiado. Con entregas sin contacto y desde bien lejos.
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