Como yo soy de pensar despacio tengo que dedicar a pensar más tiempo. Pensaba... por qué no me ha tocado aún la lotería? Porque es difícil, ya sé. A eso llego yo también rápidamente. Ahondemos más. No nos quedemos en la superficie tan solo. Hablemos, hallemos aunque sea tan difícil como que te toque la lotería, el hecho desencadenante. Y si me ha de tocar lo gordo justo cuando compre el último boleto que permitan mis ahorros. Y si ese fuera el suceso desencadenante de los millones? De paupérrimo a riquísimo de un día a otro. Visto así tendría que gastar más, y más rápido...
Pero y si el suceso fuera a ocurrir justo al sorteo siguiente a esa eventualidad, cuando ya por falta de fondos no puedo comprar?
Es complicado. Cómo preguntarse cuántos granos de arena mueve el viento en la playa. Que también me lo pregunto a veces..
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