domingo, 16 de enero de 2022

Tendría que volver a pronunciarme sobre el caso Djokovic, por lo que me toca. Lo han expulsado y aunque mis palabras en el pasado parecieran que abogaba por ello tengo que decir que hoy me siento un poco expulsado (de Australia) yo también. Quizá sea por el parecido físico (más que por mi nivel al tenis), al echarlo a él, me siento compelido a salir yo también (aunque no esté allí) y siento que este asunto de tanta trascendencia me incumbe por cuanto yo era igual que él de joven, me siento ahora un poco persona non grata por aquellos lares, con lo injusto que es tal cosa conmigo (que estoy vacunado y requete vacunado, por dos veces con Pfizer). Cometen a todas luces una injusticia, más conmigo que con él, pero creo que debían haberlo pensado dos veces por lo que atañe a ambos que es lo importante a fin de cuentas.

Alguien dirá que qué estoy diciendo. No era tú doble el famoso Anado Caruana que gana a todos al ajedrez? Pues también, pero Djokovic es mi sosias deportivo y juvenil. Y el otro mi doblé cerebral y listísimo. Ambos son yo y perfectamente complementarios. Somos unos trillizos separado nuestro destino al nacer.

Si hay dudas buscar por aquí el vídeo en que salgo haciendo monerías a mi sobrino Iñaki. Hace un millón de años. Le enseñé a caminar ahí mismo y en un momento. Lo buscaría yo, era Novak Djokovic total, (quizá más guapo) pero para encontrarlo hay que remover demasiados trastos en el baúl y no apetece. Fiaros, con que yo lo diga tendría que bastar.

No hay comentarios: